El Fideicomiso: Instrumento de sucesión y plan patrimonial familiar
Luis Maldonado
Tax Managing Partner
Todo proceso de sucesión de cualquier familiar es multifacético: el fundador debe crear un plan para su retiro, asegurarse de establecer una estrategia de carrera para el sucesor y tienen que quedar sentadas las bases del Gobierno Corporativo; entre otras cosas, está también el tema de las herencias. Para evitar conflictos familiares y el riesgo de hacer fracasar el barco del negocio el clan, el proceso de repartición de bienes debe estar blindado y a prueba de balas.
Existen condiciones de diversidad en el patrimonio y factores personales en un negocio familar que dan lugar en definitiva a considerar al fideicomiso como una figura de control efectivo y seguridad de los negocios en las organizaciones que dependen de una familia.
Efectivamente existen todavía algunos factores reales y algunos mitos que inhiben su uso efectivo y su consideración en el plan de Gobierno de un grupo familar, pero la realidad es que el fideicomiso resulta una herramienta mucho más efectiva que el testamento, principalmente por su flexibilidad ante patrimonios más complejos y diversos. Este debe acatar todas las instrucciones que el fundador le dicte, por lo que puede adaptarse a las circunstancias particulares de cada empresa.
Utilidad del Fideicomiso
El fideicomiso es un contrato que el fundador (fideicomitente) puede celebrar con otra persona o entidad, como un banco, para que administre o invierta ciertos bienes (dinero, derechos, acciones, inmuebles, activos, etc.) en favor de uno o varios beneficiarios (fideicomisionarios). El primer beneficiario del fideicomiso puede ser quien lo crea, en este caso el fundador, y después de él las personas que él disponga, por ejemplo, sus hijos o herederos. Además, a diferencia de lo que parece ser una creencia generalizada, el fundador tiene la posibilidad de mantener el control sobre sus bienes al establecer un fideicomiso revocable (en un fideicomiso irrevocable, los términos que quedan fijados ya no pueden modificarse jamás).
La diferencia más importante con un testamento recae en quién pasa a ser el propietario del patrimonio que planea heredarse. En un fideicomiso irrevocable, el fundador deja de ser el dueño del patrimonio que ahí deposita: ahora queda como propiedad del fideicomiso, no de una persona física, y el fundador ya no puede heredarlos a través de un testamento (pues solo es posible heredar los bienes que están a nombre del testador). Cabe señalar, sin embargo, que un fideicomiso revocable pasa a ser irrevocable tras la muerte del fideicomitente.
El fideicomiso está diseñado para que lo que está dispuesto en el mismo se cumpla, incluso si alguna de las partes llega a fallecer. A diferencia de un testamento, se garantiza la confidencialidad y no es necesario pasar por un proceso judicial para llevar a cabo la entrega de los bienes.
Efecto Fiscal de Fideicomiso patrimonial
En condiciones normales, un contrato de fideicomiso programado para funciones de trascendencia patrimonial o bien de una sucesión exitosa, tiene las siguientes características fiscales:
1) Es transparente fiscalmente y no constituye enajenación bajo condiciones de normalidad.
2) Esto significa que su creación y organización, incluyendo la incorporación de bienes muebles o inmuebles y/o títulos accionarios, no debe dar lugar al pago de ISR o IVA.
3) En la mayoría de los estados de la República Mexicana tampoco existe la obligación del pago del impuesto sobre enajenación de bienes inmuebles (ISABI).
4) Efectos fiscales pueden sí ser previsibles a la desincorporación de los activos o traslado de dominio fuera de la familia.
Como siempre en estos casos, es recomendable buscar el apoyo de un equipo profesional e interdisciplinario pues su creación es solo una parte de todos los mecanismos pertinentes al Gobierno Corporativo que deben establecerse para una transición generacional saludable. Quizá pueda ser un proceso más laborioso que el testamento, pero los beneficios, la seguridad y la tranquilidad que provee lo merecen. Si se cuida el principio, el final se cuidará solo.
En México existe una diversidad importante de instituciones fiduciarias para elegir de acuerdo con las dimensiones del proyecto.