Artículo cortesía y colaboración de nuestros socios en España y País Vasco
La nueva normativa sobre Inteligencia Artificial de la UE: Innovación, Ética y Seguridad en Equilibrio

Iñigo Lizarazu

Abogado

La Unión Europea está siendo pionera en la regulación de la tecnología al aprobar su Reglamento de Inteligencia Artificial (AI Act), convirtiéndose en la primera gran jurisdicción del mundo en establecer un marco legal integral para el uso de la IA. Esta normativa, que busca equilibrar innovación, ética y seguridad, sienta las bases para un uso y desarrollo responsable de estas nuevas tecnologías.

¿Qué establece el Reglamento?

Uno de los aspectos más importantes del AI Act es que clasifica los sistemas de inteligencia artificial en cuatro niveles de riesgo:

Riesgo inaceptable: tecnologías prohibidas, como las de manipulación subliminal o sistemas de puntuación social.
Riesgo alto: IA usada en sectores críticos (salud, educación, justicia, etc.), sujeta a estrictos requisitos de transparencia, supervisión y evaluación de impacto.
Riesgo limitado: aplicaciones con requisitos más ligeros, como la obligación de notificar al usuario que interactúa con un sistema de IA.
Riesgo mínimo: IA de uso general, como filtros de correo o asistentes virtuales, que no requieren intervención específica.
El reglamento también fomenta la innovación mediante zonas de pruebas regulatorias (regulatory sandboxes), espacios donde empresas y organizaciones pueden desarrollar proyectos bajo supervisión sin incumplir la normativa.

¿Para qué está pensada esta normativa?

El principal objetivo del Reglamento es garantizar que el desarrollo de la IA respete los valores fundamentales de la UE, como la protección de los derechos fundamentales, la privacidad y la no discriminación. Además, busca establecer un marco claro que otorgue seguridad jurídica a empresas y ciudadanos.

El Reglamento es un intento de la UE de posicionarse como líder mundial en la regulación de la IA, demostrando que es posible alinear la tecnología con principios éticos y sociales.

Oportunidad y desafío

El AI Act no solo plantea desafíos para las empresas, que deberán adaptar sus procesos y productos, sino que también abre una puerta a nuevas oportunidades. La regulación bien adoptada, puede ser una ventaja competitiva, ya que aumenta la confianza de los usuarios.

En este momento, las organizaciones deben prepararse para cumplir con las nuevas exigencias y, al mismo tiempo, aprovechar el marco normativo para llevar a cabo una innovación ética y responsable.