Soluciones Digitales para las empresas – innovación necesaria
mayo 29, 2020
Es necesario identificar la diferencia entre disrupción digital de la innovación continua. Mientras que la disrupción digital puede incluir la generación de nuevos modelos de negocio basados en tecnología, como son Uber, AirB&B, Waze, Amazon, Facebook, Apple, Zipcar, Netflix, etc, este tipo de disrupción también incluye la transformación digital de la operación y la forma de entregar los productos y/o servicios a los clientes.
Todos estos son ejemplos de disrupción digital ya sea de base tecnológica o no. Por otro lado, la innovación continua consiste en mejorar gradualmente la calidad de los productos ofertados actualmente, o la inclusión de alguna funcionalidad adicional, pero que el incremento en ventas derivado de tal mejora, es también marginal.
La innovación continua permite, por ejemplo que las computadoras personales sean más rápidas, o más livianas, o con una mejor resolución de monitor, etc. Pero esto no convierte a la computadora personal más que en una con mejores prestaciones. En contraste con el lanzamiento del Ipad que representó una verdadera disrupción digital que creó nuevos mercados para clientes que ni siquiera se imaginaban que tenían esa necesidad, pero que les fue cubierta. Los restaurantes italianos que venden pizzas a sus comensales pueden esforzarse por crear nuevas combinaciones de ingredientes que se les puedan incluir a sus pizzas y ponerles nombres extravagantes, pero eso es solo innovación continua. La disrupción vino cuando Domino’s Pizza hace la promesa de entregar sus pizzas en menos de 30 minutos o de lo contrario, son gratuitas. Innovación continua fue lo que en su momento Blockbuster trató de hacer en su momento cuando incluyó en sus tiendas, la renta/venta de juegos para las consolas. Incluso llegó a crear mecanismos para que sus usuarios pudieran intercambiarlos en sus tiendas de forma mucho más ágil y divertida. Pero la disrupción que Netflix y los juegos en línea trajeron al mercado una nueva forma de entretenimiento bajo demanda que el modelo de negocio de Blockbuster nunca vislumbró.
¿Pero qué pasa con el 20% de las empresas que no se transforman digitalmente o el grado de digitalización es muy bajo?
Bueno, pues estas empresas están pagando el precio de la disminución drástica de sus ingresos, al grado de que muchas tienden a desaparecer. Léase el ejemplo de Kodak, Blockbuster, Blackberry, pero también otras de menor escala como podrían ser también las “tienditas de la esquina” como las misceláneas.
Entonces, ¿qué deberían hacer las empresas que todavía no han adoptado la digitalización al día de hoy? Creo que la respuesta es obvia. Lo que no necesariamente es obvio es la forma en cómo deberán abrazar la digitalización. De los seis factores uno de los que no puede faltar es el de la agilidad ya que permite no solo la velocidad sino la facilidad de adaptar y adoptar, nuevas formas y/o procesos en las operaciones de negocio de forma tal que permita seguir sirviendo a sus clientes, mientras evoluciona a nuevos esquemas digitales.
Las fusiones y adquisiciones pueden ser una forma muy rápida de entrar en esta dinámica empresarial de la industria 4.0. La fusión o compra de empresas digitales es una práctica donde el 55% de las empresas lo está llevando a cabo para adquirir capacidades digitales que le hacen falta, mientras que el 45% lo hacen por economía de escala. Esto último no parece ser un buen detonador de la evolución digital, por lo que solamente el primer motivador evolucionará a una empresa mucho más rentable.
De entre las empresas rezagadas en la adopción digital, las que incluyen los aspectos de agilidad, fusiones y adquisiciones, y la de cooperación con plataformas digitales, son mas propensas a tener éxito en su incursión digital, y son prácticamente igual de numerosas como las que llevan una reinvención digital completa siendo exitosas en dos terceras partes de ellas.
El movimiento que implica el salir del estado de empresa tradicional a una empresa disruptiva implica que el consejo de administración salga de su zona de confort de forma rutinaria para atender y servir a sus clientes de la forma incluso, que ni siquiera ellos identifican o conceptualizan su necesidad o problema sin resolver.
No es suficiente con hacerlo una sola vez aunque esa sea la que lleve a la empresa eventualmente a ser disruptor en el mercado. Si la empresa nuevamente se sumerge y se acomoda en su zona de confort nuevamente, otras empresas disruptivas podrían atender las necesidades de sus clientes previamente satisfechos. Es una carrera permanente de reinvención digital. Ese es el nombre del juego.